Los títulos de deuda u otros tipos de instrumentos de financiamiento externo, como los bonos soberanos, a la fecha ascienden a $us 1.850 millones

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7 de mayo de 2024, 11:53 AM
7 de mayo de 2024, 11:53 AM

Recientemente el Banco Central de Bolivia (BCB) publicó los últimos datos del Estado de la Deuda Pública Externa a Mediano y Largo plazo de Bolivia a febrero de 2024, donde se observa que el saldo al 29 de febrero es de $us 13.442,6 millones, en el que los préstamos (multilateral, bilateral y privados) representaron el 86,2% del total. En cambio, los títulos de deuda significaron el 13,8%.

 
El 64% de esa deuda corresponde a préstamos multilaterales. Los principales acreedores son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y el Banco Mundial (BM), por un monto de $us 8.605,1 millones. La deuda bilateral corresponde a China, Francia y Alemania, por un total de $us 2.054,7 millones, representando un 15% de total adeudado al exterior.

 
Los títulos de deuda u otros tipos de instrumentos de financiamiento externo, como los bonos soberanos, a la fecha ascienden a $us 1.850 millones, cuyo repago está en cuestionamiento por varias empresas calificadoras a nivel internacional.


El presidente del Colegio de Economistas de Tarija y analista, Fernando Romero, señaló que la deuda externa es eminentemente centralista, ya que al menos el 97% de estos préstamos son destinados o gastados por el Gobierno central, a través del Tesoro General de la Nación (TGN), Empresa Siderúrgica del Mutún, YPFB, FNDR, Banco de Desarrollo y otras entidades estatales son los principales beneficiados.

 
“En cambio, los gobiernos departamentales y municipales del país reciben muy poco, alrededor del 2% de la deuda externa contraída. Por ejemplo, las gobernaciones de Santa Cruz y Cochabamba apenas recibieron el 0,5% entre ambas, otras, como las de Tarija no recibieron prácticamente nada”, detalló Romero.

 
El economista también observó que, en los últimos años, principalmente desde la pandemia, la solvencia y liquidez han bajado, acompañada por una creciente insolvencia fiscal y demostrada en una vigente escasez de dólares. “Pagamos deuda con más deuda o con la venta de reservas de oro, y cada vez nos cuesta más importar, generando mayor presión inflacionaria en la economía”, resaltó.


Al mismo tiempo, resaltó que desde 1996 hasta 2023, el año 2017 fue la gestión en la que más prestamos externos se adquirió, por $us 3.132 millones, luego el 2016 por $us 2.301,4 millones, le sigue el 2022 con $us 2.049,8 millones y el 2023 con $us 1.557,4 millones.


“Otro dato llamativo, es que, durante este periodo, en sus informes del BCB no hay registro de las asignaciones de DEG (Derechos Especiales de Giro) hechas por el FMI a nuestro país, los cuales deberían ser considerados como pasivos dentro de la deuda pública externa”, agregó Romero.

 
Sin embargo -subrayó- Bolivia sí tuvo asignaciones y usó sus DEG como país miembro. De hecho, su última asignación fue por 394,6 millones de DEG ($us 521,5 millones), de los cuales ya utilizó el 93,26%. Según el último reporte del FMI, se estima que su monetización a divisas fue destinada para gasto público.